Los fisioterapeutas vascos piden "mano dura" contra los intrusos
El Colegio de Euskadi lanza 50 denuncias al año por ese motivo y otras tantas por 'publicidad engañosa', y se plantea actuar contra los profesionales de Osakidetza que no hayan regularizado su situación antes de este miércoles
Masaje Terapéutico, Cyriax o Electroterapia son descripciones de posibles tratamientos de fisioterapia que a la vista de los usuarios suenan muy bien. Ya se sabe: a palabra más larga y rara, mayor confusión, exotismo o exclusividad para un interesado para el que han fracasado otros tratamientos o busca nuevas experiencias, aunque, ¿sabemos siempre a lo que nos exponemos? No hablamos de tratamientos de estética ni de cuestiones de relajación, sino de dolencias, patologías, enfermedades o lesiones que deben ser solventadas en la camilla de un profesional correctamente. Y eso, según admiten desde el Colegio de Fisioterapeutas del País Vasco (Cofpv), no siempre ocurre. "Somos una profesión que sufrimos una lacra de intrusismo", señala sin ambages Juan Luis Herrero, presidente del colegio. Y, dentro de ese intrusismo y engaño al usuario, el Colegio todavía ejerce de supervisor de la profesión denunciando ese ejercicio irregular que pone en juego la salud de los pacientes. Una labor que, a su juicio, "debería ejercer con más mano dura la propia Administración".
"Al final es la Administración la que debe velar por la tutela de la salud de los ciudadanos", estima Herrero. El Colegio recibe ocasionalmente denuncias sobre mala praxis de usuarios particulares y analiza el caso si el profesional es colegiado. Al año lanza unas 50 denuncias al Departamento de Inspección Sanitaria. Además investigan publicidad engañosa, bien sea en anuncios, páginas amarillas, rotulaciones en edificios... lo que le lleva a remitir otro medio centenar de demandas a la Comisión de Publicidad Sanitaria del Gobierno vasco. "Nosotros tratamos de defender al ciudadano y seguimos denunciando estos casos que nos llegan progresivamente hasta nuestro buzón", apunta el presidente de la entidad. El resultado es la presentación de una denuncia por actividad y otra por publicidad engañosa a la semana. Por eso solicita ese apoyo de la Administración para tratar de hacer emerger esos casos y cerrar los negocios que se lucren mediante el engaño y sin ofrecer garantías a los usuarios.
Herrero pone un ejemplo claro: "La Administración debería actuar de oficio y analizar los centros que, amparándose en que tienen un gimnasio o un centro de belleza, utilizan esas técnicas tan 'confusas' por nombre con las que ‘curan’ determinadas dolencias". Quizá esas personas que ejercen de fisioterapeutas "conocen las técnicas, pero no por tener esa habilidad se puede ejercer la profesión. Aunque yo sepa pilotar un avión, no me van a dejar llevar uno. Hay requisitos que no se pueden saltar", denuncia Herrero.
Por ello, solicitan también a los propios usuarios, que "simplemente" se fijen en que el profesional al que acuden tenga el número de colegiación, su identificación y título homologado. "Y si ven algún tipo de irregularidad, que contacten con nosotros", solicita. Desde el Colegio de Fisioterapeutas del País Vasco, una vez recibida esa consulta ponen en marcha la Comisión de Intrusismo que se encarga, primero, de avisar al centro en cuestión explicándole taxativamente qué acciones no puede desempeñar si no es su campo la rama o especialidad sanitaria y, al mismo tiempo, se remite otro escrito al Departamento de Sanidad del Gobierno vasco informando que el centro se está anunciando como sanitario sin serlo y verificar si posee el registro de publicidad sanitaria.
Tras este paso, y si persiste el problema, se solicita a Sanidad la revisión del local, algo que desean que la Administración realice de oficio sin la necesidad de insistir ante una posible vulneración de la legislación concerniente a profesiones colegiadas y de publicidad engañosa.
Desde el Colegio recuerdan que todas las personas que ejercen esta profesión sanitaria de forma particular o privada siempre han tenido la necesidad de estar colegiados, y pertenecer a este colectivo que se encarga de defender, representar jurídicamente y legalmente a los profesionales; "en definitiva, dar valor y proteger la profesión". En la actualidad, son ya cerca de 2.500, según los últimos datos del colegio, los profesionales que se encuentran colegiados y ejercen su labor diaria conforme a la legislación vigente, esto es la ley 18/1997 de ejercicio de profesiones tituladas y de colegios y consejos profesionales en Euskadi.
La cifra ha crecido en mayor medida en los últimos cuatro meses debido a las sentencias del Tribunal Constitucional y el Supremo derogando la posibilidad de colegiación voluntaria en el caso de los profesionales que trabajaban para Administración, principalmente para Osakidetza. El colegio concluye estos días el plazo dado a los fisioterapeutas que trabajan para la Sanidad pública para que se colegien y no se expongan a posibles sanciones que podrían llegar hasta la inhabilitación de la profesión.
Hasta que se hizo pública la sentencia del Constitucional, la normativa vasca permitía -según el artículo 30.2 de la ley 18/97- que el requisito de colegiación no era requerido en el caso de "los profesionales vinculados con la Administración pública mediante relación de servicios regulada por el Derecho administrativo o laboral". El Alto Tribunal consideró que este punto vulnera la normativa estatal de forma que en el Boletín Oficial del Estado del pasado 28 de octubre se declaró nulo el artículo vasco y, por consiguiente, es ya obligatorio que todos los profesionales sanitarios que trabajan para la Administración estén colegiados.
En el caso de los fisioterapeutas, según admite el presidente del Colegio, serían aproximadamente unos 200 los fisioterapeutas que trabajan para Osakidetza los que deberían ya estar colegiados para este miércoles 4 de febrero, fecha límite impuesta como prórroga para que todos conocieran la aplicación de la nueva normativa -habría que sumar algunos fisios más que trabajan para ayuntamientos o diputaciones que ofrecen esos servicios a sus empleados-. "Eso no quería decir que todos los que trabajan para la Administración estuvieran sin colegiar", advierte Herrero, ya que él mismo es funcionario y lleva años ejerciendo como colegiado y durante estas últimas semanas se han ido sumando progresivamente más colegas de profesión.
Esta modificación, en opinión de los colegios sanitarios, ofrece a los pacientes una mayor tranquilidad sobre la profesionalidad de los trabajadores ya que «cuidan más de los códigos deontológicos» que la propia Administración. Además, los fisioterapeutas estarán cubiertos también por el seguro de mala praxis que ofrece el colegio ya que ahora es la propia Administración la que cubre, en un principio, la responsabilidad de una mala práctica.
Y las sanciones serán importantes. Desde la inhabilitación para ejercer la profesión de un año y un día hasta los 20 años y sanciones económicas que van desde los 3.000 euros a los 30.000. Ante estas posibles sanciones, la cuota anual por colegiarse de unos 125 euros parece una mera anécdotaTal y como han avisado con anuncios a través de la prensa, el próximo día 4 de febrero concluye el "periodo de gracia de dos meses" concedido por el Colegio, de forma que a partir de esa fecha, "se ejercitarán todas las medidas legales que correspondan frente a aquellos profesionales sin la debida colegiación obligatoria" y, además, "frente a los responsables institucionales que toleren esta situación". "El desconocimiento de la normativa no excluye de su cumplimiento", añade Juan Luis Herrero, aunque detalla que la responsabilidad de que sus empleados conozcan la ley también es competencia de "los dirigentes y directivos, y en el caso de no cumplirlos deberían asumir su sanción y reproche correspondiente".
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